Los monólogos de 'Big Van Ciencia' despiertan la curiosidad de los alumnos

El salón de actos del Colegio albergó este mediodía el espectáculo divulgativo 'Big Van Ciencia', un cóctel de monólogos, humor y ciencia que hizo disfrutar a los alumnos de 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato. La cita estuvo organizada por la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del Colegio, que quiso así acercar los temas científicos a los jóvenes de una manera amena y divertida. Sus responsables son científicos y divulgadores con gran experiencia en todo tipo de escenarios, desde los teatros hasta la televisión, a través de programas como 'Orbita Laika', en RTVE.

Los encargados de conseguir este objetivo fueron Helena González y Oriol Marimon, que rompieron estereotipos demostrando que, siendo doctores en Genética y Biología del Cáncer (ella) y en Química (él), se puede explicar la ciencia sin recurrir a palabras complejas y conectando de forma directa con los estudiantes. A ello contribuyó sin duda que comenzaran explicando la base biológica de los problemas de los adolescentes para levantarse de la cama. "No es que seais unos vagos, es que sufrís un retraso cronobiológico que hace que estar en el instituto a las 8 de la mañana sea para vosotros como para un adulto estar a las 3 o las 4 de la mañana en el trabajo", comentó Marimon.

Ambos se definieron a sí mismos como "unos frikis". "¡No hay nada de malo!", exclamaron. Por eso, en un momento en el que estos alumnos van a tomar "una de las decisiones más importantes de sus vidas" acerca de su futuro una vez finalicen sus estudios en el Colegio, les animaron a seguir estudiando lo que les guste. "Cuando estudias lo que te motiva te encuentras con más gente como tú, y aprendes a hacer lo que más te gusta".

Tras la introducción fue el momento de los monólogos. González dedicó el suyo a la genética, un mundo que la fascinó desde niña, "cómo las mismas cuatro letras (ACGT) presentes en los nucleótidos son el origen de todos los organismos vivos". Las películas y cómics de superhéroes también despertaron su curiosidad, personajes que habían sufrido mutaciones que les habían otorgado sus poderes. No obstante, la bióloga bajó las expectativas del público. "Una mutación en el ADN no te puede dar superpoderes. Más bien habría que hablar de transgénicos, de organismos modificados genéticamente", explicó. Como un tomate, al menos uno modificado para tener una piel más resistente y no perecer aplastado en el fondo de la caja del supermercado. Conseguir estos resultados es sencillo, comentó. Bastaría con hacer un corta-pega en el ADN de un organismo y añadirle un gen nuevo. Así se han conseguido resultados como un gato fluorescente (a partir de incluir en el ADN de un gato una secuencia proveniente de una especie de medusa), un hito que en sí mismo no tiene mucho sentido, pero que aplicado a la localización de células cancerígenas supone un gran avance. Otro gran paso adelante en el tratamiento de enfermedades es el CRISPR, una proteína que puede llegar al núcleo celular y permite 'editar' determinados genes logrando así curar enfermedades de base genética, aunque también podría servir para resultados más dudosos como cambiar el color de los ojos, aumentar la altura, o la inteligencia, o abrir la puerta al dopaje genético, etc. Todas estas ideas dejaron un buen poso en los alumnos, que les dedicaron gran parte de la ronda de preguntas que cerró el espectáculo.

El segundo monólogo, de Oriol Marimon, estuvo dedicado a la importancia de la comunicación y el lenguaje en la evolución humana. En un divertido 'experimento' que contó con la colaboración de Jose Antonio y Diego, alumnos de 2º de Bachillerato y 4º de ESO, respectivamente, demostró que la falta de lenguaje en un antecesor nuestro como el homo habilis no le habría permitido transmitir sus conocimientos sobre la manera de hacer fuego. Por fortuna para nosotros, esto sí lo lograron más adelante otros ancestros nuestros, lo que mejoró su alimentación y, con ella, el crecimiento de la capacidad cerebral, lo que les llevó a evolucionar hasta el actual homo sapiens. En su monólogo, el químico quiso reivindicar el papel de las mujeres en la ciencia, muchas veces silenciado, poniendo como ejemplo a la bióloga Lynn Margulis, cuyos trabajos acerca de los microorganismos y la relación de unos con otros suponen las bases de muchos estudios posteriores acerca de la importancia de la comunicación para la evolución de cualquier ser vivo, incluido el ser humano.

Para finalizar, ambos científicos respondieron a las preguntas de los alumnos, muchas de las cuales versaron acerca de la posibilidad de modificar genéticamente a los seres humanos y plantearon importantes dudas filosóficas y éticas acerca de estos avances. De fondo, la gran pregunta a la que nos llevó el humor fue la siguiente: ¿qué es lo que nos hace humanos? Una cuestión de difícil respuesta a la que, concluyeron los divulgadores, solo se podrá llegar si Ciencia y Humanidades siguen caminando de la mano.